El principal desafío radica en inculcar en nuestras organizaciones una cultura solida de cumplimiento, integridad ética y control. Estos principios son esenciales para el funcionamiento óptimo de un Sistema de Compliance. Para lograr esto, es fundamental que la alta dirección lidere con el ejemplo, apoyando y respaldando todas las disposiciones, lineamientos y políticas relacionadas con la gestión de Compliance.
Además, es crucial que el profesional a cargo del Sistema de Compliance posea las competencias y habilidades necesarias para la integración e implementación efectiva de estas políticas. Este líder debe ser capaz de comunicar claramente la importancia del cumplimiento a todos los niveles de la organización y fomentar un entorno en el que todos los empleados comprendan y valoren su papel en el mantenimiento de la integridad y la ética.
También es importante establecer programas de formación continua y campañas de sensibilización que mantengan a todos los miembros de la organización informados y comprometidos con las prácticas de Compliance.
Saludos
Rolando Miguel