La Alta Dirección debe desarrollar y promover sanas prácticas de gobierno corporativo tendiente a la prevención y gestión de riesgos asociados al LA/FT. En experiencia propia, las capacitaciones cortas pero presenciales han sido de mucha utilidad para captar la atención de los Directivos, mostrando casos reales de industrias similares para darles a entender que nadie esta exento a esta delito. Lo anterior ha creado el “tone from the top” necesario para impulsar que la organización opere éticamente y con integridad. Las conductas o prácticas de los miembros de la Alta Dirección determinan en gran medida el actuar de los empleados, quienes frente a una situación potencialmente irregular, antiética o ilegal, imitarán dichos comportamientos, pues los perciben como la forma de actuar más adecuada. KPI’s de entrenamiento, denuncias recibidas, solicitudes de debida diligencia, relaciones cerradas, etc pueden demostrar el valor tangible del compliance para la organización