Desafío:
Uno de los principales desafíos que considero que enfrenta un Compliance Officer es la CULTURA dentro de la organización, ya que sus componentes son considerados únicamente como “mejores prácticas” y en ocasiones, no se le da la importancia que requiere. En los países en donde los pilares de Compliance no están regulados, se vuelve un reto implementar procedimientos que apoyen la gestión de riesgos. Muchos empleados no quieren colaborar y las partes interesadas (clientes, proveedores e inclusive accionistas) no entienden la necesidad de los controles implementados. Mientras no exista la obligatoriedad legal de tener esta figura, su incorporación se hará a medida que las empresas ven la necesidad de hacerlo.
Estrategia:
Ahora en día, el Compliance Officer debe de tener conocimientos sobre prevención de Lavado de Dinero y Financiamiento al Terrorismo, Anti Soborno y Corrupción, ESG, normativas en general, regulaciones financieras, gobierno corporativo, integridad y ética, entre otros. En pocas palabras, se convierte en un “todólogo” para la organización. Eso sin duda hace que este perfil sea muy cotizado y que de cierta forma, esté como “trending topic” en el mercado laboral. Al contar con amplio conocimiento, esta persona se vuelve en un aliado estratégico para poder opinar en distintos temas que involucren a la organización, orientándola a negocios mas estructurados y sostenibles que no solo involucren la parte financiera. Cumplimiento es un aliado necesario para minimizar los riesgos penales y comprobar los actos de buena fe de las personas jurídicas.